Kirchner, quien actualmente es senadora, entregó al juez Sebastián Casanello un texto en el que rechazó cualquier acusación vinculada con la causa conocida como “la ruta del dinero K”, que indaga la presunta expatriación y posterior repatriación de unos $60 millones en un intento por legitimar esos capitales.
“No solo desconozco por completo esta supuesta maniobra, sino que no existe ningún elemento de prueba que me vincule a la misma”, sostuvo la expresidenta.
Según la acusación, la operación ocurrió entre 2010 y 2013, cuando Cristina Kirchner, una peronista de centro izquierda, gobernaba Argentina.
La causa tiene en su centro a Lazaro Báez, un excajero de banco que creó un imperio de negocios en Santa Cruz, donde ganó licitaciones petroleras y de obras públicas durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015).
El empresario es dueño de varias decenas de departamentos, además de casas y terrenos. Entre sus propiedades figuran unos 25 campos con un total de 400.000 hectáreas en la Patagonia.
En una de sus propiedades en El Calafate se realizaron excavaciones hace diez días, por segunda vez en dos años, en busca de dinero enterrado en contenedores. Las pesquisas no tuvieron éxito.
“Podrán seguir vigilando mis movimientos y los de mi familia, escuchar de manera clandestina mis conversaciones telefónicas o excavar toda la Patagonia argentina o donde mejor se les ocurra que nunca van a encontrar nada con lo que involucrarme porque jamás me apoderé de dinero ilícito alguno”, enfatizó Kirchner en su escrito al juez.
Vestida con un conjunto de chaqueta y pantalón, Cristina Kirchner llegó sonriente a la sede de los tribunales en Buenos Aires, donde la esperaba un puñado de militantes para expresarle su apoyo.
Como ya es habitual, no hizo ninguna declaración a la prensa, pero reiteró en su cuenta de Twitter que trata de la octava ocasión en que debe declarar en alguna causa judicial en su contra.
“Por octava vez voy a prestar declaración indagatoria a Comodoro Py (sede de los tribunales), lugar donde ya no rige ni la Constitución, ni los códigos de fondo ni de forma. Esta vez me encuentro en una situación inédita”, escribió Kirchner.
La expresidenta asegura que las causas en su contra tienen como fin proscribirla de la actividad política, en la que sigue siendo la principal figura de la oposición, con 30 % de apoyo en las encuestas.
Kirchner había pedido postergar la audiencia de este martes, pero la solicitud no fue atendida.